Es un proyecto de arte medial del artista ▶︎ Rainer Krause (Santiago de Chile) basado en la participación de habitantes y visitantes de Sudamérica. El proyecto se desarrolla en tres instancias de experiencia, interacción y construcción estética:
[1] la escucha y el registro de sonidos costeros por parte de habitantes y visitantes de Sudamérica;
[2] la navegación en esta página web, con un mapa en constante desarrollo; y
[3] el encuentro con una instalación visual-sonora en el contexto de exposiciones de arte contemporáneo.
En todos sus ámbitos, el proyecto se fundamenta en procesos colaborativos entre autores y público, donde este último participa en la definición de las formas estéticas y de sus significados.
En este sentido, “La isla [reconocimiento]” propone entender el net.art no como un área específica del arte, sino como un soporte de conexión entre actores sensibles con presencia física (autores de las grabaciones de audio) en lugares concretos (costas, playas, etc.) y espacios de representación e identificación (página web y exposiciones de arte). De este modo, Internet se presenta tanto como medio de creación artística como campo de socialización de la misma.
Se puede participar en la siguiente forma:
[1] Grabar sonidos
Acércate a la costa del mar o de un lago, lo más cerca del agua posible. Protege el micrófono de tu equipo (teléfono móvil o grabadora de audio) del viento directo (p.ej. tapándolo con una prenda de lana) y graba tres minutos de sonido del agua, no te cambies de posición mientras grabas. Copia las coordenadas georreferenciales que puede proporcionarte tu teléfono móvil.
Con el registro de sonidos mediante un teléfono móvil (u otro dispositivo de grabación de audio), se emplea la tecnología comunicacional cotidiana como herramienta estética, no sólo como medio de comunicación, sino también como instrumento para una escucha consciente.
Tres minutos de grabación significan tres minutos de involucrarse en una situación de percepción dentro de una configuración geográfica particular: una pequeña franja donde se encuentran el agua (mar o lago) y la tierra. Una franja que nunca está estable, cambiando según la hora del día, la estación del año o por los efectos del calentamiento global. Una franja distinta en cada lugar: puede ser playa, acantilado, roquerío, puerto o muelle. Todos estos factores influyen tanto en el sonido como en su escucha.
[2a] Subir el sonido a la página web
A través del formulario «Subir tu audio» puedes subir los sonidos (no más de 3 minutos por grabación) directamente a la página web ▶︎ http://laislareconocimiento.cl/. Si tu dispositivo de grabación de audio no te proporcionó las coordenadas georreferenciales, las debes buscar manualmente, por ejemplo, a través de Google earth. Sin estos datos, tu sonido no puede ser incorporado en el mapa, pues no se conoce la ubicación de la grabación. Todos tus sonidos estarán accesibles aquí, junto con los sonidos de los otros participantes, haciendo clic sobre los puntos del mapa.
En la página web se establecen relaciones geográfico-temporales entre múltiples experiencias de escucha gracias a un software que construye un mapa a partir de los puntos de grabación sonora georreferenciados y de las conexiones lineales que se generan entre ellos. Cuantos más sonidos marítimo-costeros se registran, más precisa es la configuración del mapa del subcontinente sudamericano. Sin experiencia sonora no hay documento, no hay ubicación en el mapa.
Este mapa visibiliza situaciones de percepción sonora descentralizadas, en las cuales una cantidad creciente de coactores generan y definen la forma singular del territorio representado. De este manera funciona también como metáfora de construcción identitaria: “La isla” requiere del “reconocimiento” desde múltiples puntos de escucha para parecerse a sí misma.
[2b] Navegar por el mapa y el archivo
En el menú encuentras el término an_archivo, que te lleva a un depósito de textos, imágenes, sonidos y links relacionados con el proyecto La isla [reconocimiento]. Este archivo permite una navegación lúdica y asociativa por el campo que abarca este proyecto, como la escucha, olas, la isla como espacio, mapas, señales costeras (faros), playas, contaminación costera, historia(s) del reconocimiento costero, naufragios, nómades del mar (y culturas costeras en general), etc. Aquí se reúne las actividades del proyecto, su desarrollo y sus alcances mediante enlaces a textos y documentos que rodean, amplían, especifican y relativizan la propuesta estético-conceptual de La isla. A través de un formulario de contacto puedes proponer y subir material al respecto, ampliando así las posibles relaciones y lecturas que ofrece el proyecto.
Mientras la aplicación para celulares se dirige al colaborador en su rol de usuario individual de una tecnología cotidiana de comunicación, la página web invita a “navegar” por las relaciones entre los aportes singulares, las similitudes y diferencias sonoras, las costas aún por reconocer y el “sobre-reconocimiento” de otras (el reconocimiento de los propios registros sonoros entre varias grabaciones realizadas en el mismo lugar).
Sonidos y documentos archivados abren la posibilidad de utilizar “La isla” desde múltiples intereses —estéticos, políticos, ecológicos, históricos o técnicos— ampliando así sus modos de experiencia y participación.
[3] Encontrar y experimentar
En algunas oportunidades, el proyecto adopta el formato de una instalación visual-sonora en una exposición ( ▶︎ génesis ). Esta instancia de exhibición física, concebida como un “objeto de arte” en la pared de la sala, constituye otra instancia de participar en el proyecto.
El uso de un video wall (multipantalla) como dispositivo de visualización traslada el mapa generado en internet al ámbito de la producción artística reconocida. El gran formato de la pantalla múltiple exige un distanciamiento físico y reflexivo, permitiendo la contemplación y una experiencia estética corporal en relación con la imagen, una condición que una pantalla única de computador no puede ofrecer ( ▶︎ video ). Cuatro canales reproducen aleatoriamente los sonidos marítimo-costeros recibidos desde los teléfonos móviles, mientras la multipantalla visualiza la ubicación geográfica de estos sonidos.
La exposición en una sala traslada el proyecto desde el contexto cotidiano (celular, turismo, internet) al contexto “especial” del arte, fomentando el interés del espectador/oyente —de la espectadora/oyente— por la producción artística contemporánea.